RECUERDA QUE ES IMPORTANTE LA VACUNACIÓN ANTIGRIPAL
La GRIPE es una enfermedad generalmente leve, producida por un virus, que comienza de forma súbita con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, malestar general, congestión nasal y tos. En algunas personas mayores, o con determinadas enfermedades crónicas, puede causar complicaciones graves, sobre todo respiratorias.
Los síntomas de la GRIPE son fundamentalmente: fiebre, síntomas respiratorios, tos y malestar general. Está causada por el virus de la influenza y es de fácil contagio y transmisión entre humanos.
Unas medidas higiénicas adecuadas contribuyen a evitar la transmisión de determinadas enfermedades. Las medidas higiénicas fundamentales que hay que tener en cuenta para evitar la transmisión del virus son:
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Taparse la boca al toser o al estornudar, preferiblemente con el codo.
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Usar pañuelos desechables.
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Lavarse con frecuencia las manos, sobre todo después de haber tosido o estornudado.
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Procurar no reutilizar los pañuelos empleados al estornudar o limpiar las secreciones
nasales.
La gripe es una enfermedad causada por un virus, por lo que los antibióticos no resultan efectivos para combatirla y su uso puede crear resistencias a estos fármacos. El tratamiento consistirá en reposo, alimentación adecuada y, si fuese necesario, algún medicamento para paliar los síntomas.
La vacuna de la gripe es una medida preventiva que ha demostrado su eficacia en los grupos de riesgo de mayores complicaciones. Su médico, en caso de pertenecer a uno de estos grupos le habrá recomendado la vacunación.
¿Quiénes se deben de vacunar frente a la gripe?
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Personas mayores o igual a 65 años de edad. Se hará especial énfasis en aquellas
personas que conviven en instituciones cerradas.
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Personas menores de 65 años que, por presentar una condición clínica especial tienen un
alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe o porque el padecer la enfermedad pueda
provocar una descompensación de su condición médica:
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Niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares (excluyendo
hipertensión arterial aislada), neurológicas o pulmonares (incluyendo: displasia bronco-pulmonar,
fibrosis quística y asma).
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Niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con:
- enfermedades metabólicas (incluyendo diabetes mellitus)
- obesidad mórbida (índice de masa corporal igual o superior a 40 en adultos, 35 en adolescentes o por encima de 3 desviaciones estándar en la infancia)
- insuficiencia renal
- hemoglobinopatías y anemias
- asplenia
- enfermedad hepática crónica
- enfermedades neuromusculares graves
- inmunosupresión (incluida la originada por la infección de VIH o por fármacos o en los receptores de trasplantes)
- Enfermedades con alta probabilidad de recibir salicilatos o modificadores de la respuesta inmune (enfermedades reumáticas y enfermedad inflamatoria intestinal).
- Cáncer
- Implante coclear o en espera del mismo
- trastornos y enfermedades que conllevan disfunción cognitiva: síndrome de Down, demencias y otras
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Niños/as y adolescentes, de 6 meses a 18 años, que reciben tratamiento prolongado con ácido
acetil salicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe.
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Mujeres embarazadas en cualquier trimestre de la gestación
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Niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares (excluyendo
hipertensión arterial aislada), neurológicas o pulmonares (incluyendo: displasia bronco-pulmonar,
fibrosis quística y asma).
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Personas que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar
complicaciones
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Trabajadores de los centros sanitarios, tanto de atención primaria como especializada y
hospitalaria; pública y privada. La recomendación tiene especial énfasis en aquellos profesionales
que atienden a pacientes de algunos de los grupos de alto riesgo anteriormente descritos.
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Personas que, por su ocupación, trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a
enfermos crónicos, especialmente los que tengan contacto continuo con personas vulnerables.
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Estudiantes en prácticas en centros sanitarios.
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Personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o mayores de 65
años, sean o no familiares de los mismos.
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Personas que conviven en el hogar (incluidos niños/as mayores de 6 meses de edad) con otras que
pertenecen a algunos de los grupos de alto riesgo por su condición clínica especial (citados en el
punto 2).
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Trabajadores de los centros sanitarios, tanto de atención primaria como especializada y
hospitalaria; pública y privada. La recomendación tiene especial énfasis en aquellos profesionales
que atienden a pacientes de algunos de los grupos de alto riesgo anteriormente descritos.
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Otros grupos en los que se recomienda la vacunación:
Personas que trabajan en servicios públicos esenciales, con especial énfasis en:
- Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, con dependencia nacional, autonómica o local.
- Bomberos.
- Servicios de protección civil.
- Personal de los servicios de emergencias sanitarias.
- Trabajadores de instituciones penitenciarias y de otros centros de internamiento por resolución judicial.
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